CheckPoint – Septiembre

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CHECKPOINT: REFORMA ELECTORAL

SEGUNDAS VUELTAS FRAGMENTAN CONGRESOS, DIVIDEN GOBIERNOS Y FALSIFICAN MAYORÍAS

La segunda vuelta en elecciones presidenciales, en la modalidad
latinoamericana, presenta diversas complicaciones que alertan sobre su implementación en México. La segunda vuelta implica doble gasto, amenaza con doble conflicto post – electoral, usualmente presenta menor participación en la segunda ronda (incluso a pesar de que el voto sea obligatorio), y a los presidentes electos les genera mayorías artificiales. La evidencia de las elecciones a dos vueltas de los tres presidentes electos más recientes en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú(cinco democracias más pobladas en
Sudamérica), demuestra que los presidentes electos deben gobernar con congresos
fragmentados de más de 20 partidos, en promedio. A diferencia de la segunda vuelta en Francia, en la que la elección congresional se lleva a cabo después de que se elige y toma protesta el presidente, la segunda vuelta latinoamericana empata la primera vuelta presidencial con las elecciones para diputados y senadores, lo que estimula la creación de partidos políticos que solo apoyan candidaturas presidenciales, pero que instalan diputados en el congreso, donde entorpecen negociaciones y amagan a la gobernabilidad.

Incluso Colombia, donde se llevan a cabo las elecciones congresionales previo a la elección presidencial, cuenta en promedio con 20 partidos políticos representados en su congreso. En Latinoamérica, los congresos fragmentados, los gobiernos divididos y las falsas mayorías son consecuencia de elecciones presidenciales a dos vueltas.

ACABAR CON LA REELECCIÓN PARA CONTROLAR CANDIDATURAS

A pesar de que, hasta hace algunos años, México era uno de los pocos países que no permitía la elección consecutiva de las y los diputados y senadores, hoy existe la reelección limitada en períodos, pero sujeta a la aprobación de los líderes partidistas. En las dos más recientes elecciones congresionales, las y los diputadas y diputados que se reeligen son más de la coalición encabezada por Morena que de otros partidos. Llama la atención que la propuesta de eliminar la elección consecutiva de congresistas provenga del propio partido político que gobierna, pues es el que más ha aprovechado la posibilidad de la reelección: de 2018 a 2021, cuatro de cada cinco de las y los diputados que se reeligieron son morenistas mientras que, de 2021 a 2024, tres de cada cuatro que se reeligieron son morenistas. Quizá la propuesta de la eliminación de la reelección se debe a que la presidenta Claudia Sheinbaum busca generar su propia base política. Las y los diputados locales, senadores, presidentes municipales, gobernadores y la propia presidenta Sheinbaum le deben la candidatura a su predecesor, el presidente Andrés Manuel López Obrador. La presidenta Sheinbaum busca tener el control de las candidaturas a nivel local y federal durante el resto de su mandato, lo que se lograría con la eliminación de la reelección y con la prohibición expresa de que familiares sucedan a otros en los puestos de elección popular.

LA MAYORÍA RELATIVA FAVORECE TANTO A LOS PARTIDOS GRANDES COMO A LOS MÁS PEQUEÑOS EN PERJUICIO DE LOS MEDIANOS

Los resultados de las elecciones federales de 1997 a 2024 demuestran que, si se eliminara la representación proporcional en el congreso, el porcentaje de curules de mayoría relativa que obtendrían los partidos que ganaron más asientos superaría, por más de 16 puntos porcentuales en promedio, a su porcentaje de votos. Por el contrario, el partido en el segundo lugar experimentaría, en promedio, una subrepresentación de seis puntos porcentuales. Si solo tomáramos en cuenta a las y los diputados de mayoría relativa, la sobrerrepresentación y la subrepresentación se ampliaría en elecciones intermedias, en las que el electorado es mayormente influenciado por campañas partidistas y, en menor medida, de elecciones locales de gobernadores.

Más aún, el mecanismo vigente de alianzas y coaliciones premiaría a Morena, pues al sobrerrepresentar a partidos grandes y pequeños, alcanzaría una diferencia de hasta 30 puntos porcentuales de sobrerrepresentación. La reforma de la eliminación de la representación proporcional junto con el sistema vigente de alianzas y coaliciones favorece a los partidos políticos que buscan mantener su hegemonía en el futuro inmediato a expensas de los partidos políticos medianos, que encontrarían serias dificultades para reflejar en curules los porcentajes de votación obtenidos en las elecciones.